Anclado en un sol
aferrado a una tierra
sin agua
me estiro cada día
para tocar el cielo.
Me estiro cada noche
por debajo de la tierra
buscando alimento
Veo a mis jóvenes
delgados como hilos
correr furtivos.
La noche se los lleva
al otro lado del Estrecho.
Algún día
mi madera flotará en el agua
y algún hijo
desnutrido de esta tierra
se aferrará a mi tronco.
Juntos, exhaustos
rozaremos el cielo
silueta de papel
que nos desprende del suelo.
Vera Moreno
domingo, junio 25
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario