La vida toda bulle en la habitación. Sería imposible encontrar en un solo espacio tal amalgama de olores, difíciles de desentrañar. Tejidos recién comprados, pintura y pegamento para decorar los muebles que, apartado de las féminas, construye Ramón, todo mezclado con los olores personales: perfumes, lacas de peinados de peluquería, sudores varios.
También se dan cita en el mismo espacio gran variedad de sonidos:
El tableteo de dos máquinas de coser, como dos ametralladoras y el ruido de la sierra, no consiguen acallar el guirigay que forman las voces de las cinco mujeres hablando a la vez. La profesora arrima su dedo índice a la boca en señal de silencio. De vez en cuando, alguna eleva el tono para hacerse oír. Casi siempre es la misma voz que, con tono autoritario, corrige a una compañera:
-¿No te he dicho mil veces que así no se sobrehíla? Hay que empezar de izquierda a derecha para que no se deshilache.
-Pues yo toda la vida lo he hecho así y nunca he tenido problemas.
-Me parece que tú no has cosido mucho. No sabes ni ponerte el dedal.
Otra interviene:
-Déjala, Paquita. Ya sabemos que eres una experta. No hace falta que nos restriegues por las narices lo bien que coses.
-Bueno chicas –interviene la profesora- tengamos la fiesta en paz. Cada una lo hace como sabe y puede. El caso es que trabajemos todas (y también Ramón en lo suyo) para tener el cuadro listo en quince días.
-Eso digo yo. Porque hay alguna que procura hacerse la loca lo más posible.
-Si lo dices por mí, ya te puedes meter la lengua donde te quepa. He estado toda la mañana sin parar. Si me he levantado un rato ha sido para beber un vaso de agua y respirar un poco, que aquí se ahoga una.
La voz de Paquita: -Hija, que delicada nos has salido. Abre la ventana y sigue trabajando, que luego bien te gustará vestirte y lucirte.
-Ni se os ocurra abrir la ventana, que yo no echo fuera el catarro que agarré hace más de un mes. Así que os aguantáis y, si no os gusta, os vais a casa.
-Bueno, bueno, chicas. Que haya paz y seguid cosiendo. Ya veo que habéis comprado las telas y todo lo necesario para las habitaciones ¿Habéis formado ya las tres parejas? Ya sabéis que sólo una de vosotras tiene que hacer de hombre. Así, con Ramón y la pareja de lesbianas, tendremos las tres parejas para el tema del cuadro “La vida en pareja”. Espero que seáis comprensivas y no haya peleas. Hay que colaborar para que todo salga bien, sin mirar en intereses partidistas.
-¿A quién no le importa hacer de hombre?
-A mí misma.
-Ya sabía que tú ibas a ceder, Araceli. Con personas como, tú da gusto.
- Pues Visi y yo también hemos cedido, que no nos gusta mucho hacer de lesbianas, por lo menos a mí, -dijo Amparo.
- A mi me da igual –dijo Visi.
-Ya están, entonces, las tres parejas: Flora con Ramón; Araceli (vestida de hombre) con Paquita y Visi y Amparo, las dos lesbianas.
-Las escenas de las parejas se desarrollarán en una habitación, las tres distintas.
-Flora, como es muy vistosa,
-Muchas gracias .
Se oyó la voz de Paquita: -Lo que le faltaba. Con lo creído que se lo tiene.
-Callaros. Digo que Flora hará de pindingui. Están en una casa de citas humildita. Puede ser una chica del Este, explotada por un chulo o algo así. Ramón es un cliente inexperto. Tendréis que ensayar o improvisar.
-Araceli y Paquita sois una pareja de recién casados. Podéis vestiros de novios, si os apetece.
Visi y Amparo: No hace falta que exageréis mucho el papel. Sólo os ponéis la ropa apropiada y, sobre todo, cuidad los peinados. No os hagais un cardado de peluquería.
-Pues, hala, ya dejo las escenas a vuestra imaginación. Lo que distingue una pareja de otra es la decoración de las habitaciones y vuestra ropa, así que, ya sabéis, imaginación y humor.
-Ramón se encargará que preparar las tapicerías y las camas.-Para dentro de quince días, revisaré lo que habéis preparado y daremos los últimos toques. ¡¡Y A GANAR EL PRIMER PREMIO!!
Alicia Sanemeterio
No hay comentarios:
Publicar un comentario