Las pantallas de los altavoces retumban al compás del éxito del último verano. No se ha derretido el hielo del vaso largo y ya se ha acabado el ron. Es sábado por la noche. Otra copa; conviene olvidar y reír. Olvidar que el hogar queda lejos. Reír como si mañana no fuese a amanecer. Olvidar que los estudios sirven para colocar o limpiar baldosas cuando has viajado miles de kilómetros. Reír de los que te humillan. Olvidar que hace meses que no acaricias la piel que trajiste al mundo. Reír al recordar su sonrisa.
Fernando Galán
domingo, junio 25
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